miércoles, 1 de agosto de 2007

House Una casa alucinante


Un guión de Fred Dekker (de quien tendremos que hablar proximamente) y una dirección bastante sólida de Steve Miner (habitual de la serie Viernes 13) un actor con cierto carisma, William Katt (célebre por su papel en la serie El gran heroe americano). La película cuenta la historia del escritor Roger Cobb, autor de diversas novelas de terror que cuenta con innumerables admiradores. Un día, su hijo desaparece misteriosamente de la casa de su tía anciana, y poco después, esta es encontrada ahorcada. La mujer de Roger, trastornada por la desaparición de su hijo, le pide el divorcio. Roger se traslada a la ahora vacía y fantasmal casa de su tía, con intención de venderla, pero en el último momento decide quedarse a vivir allí, donde espera encontrar la paz que necesita para comenzar su próxima novela, que para solaz de sus fans, no será de terror sino que narrará sus experiencias en Vietnam.
Sin embargo, los sucesos extraños empiezan a acumularse: un enorme trofeo que se mueve solo, un monstruo que sale del armario todas las noches a las doce, un engendro disfrazado de su mujer que, con locura homicida intenta matarle... Roger lo mata y lo despedaza, enterrándolo en el jardín, y empieza a preguntarse si no está volviéndose loco. Pero pronto crecerá en él la sospecha de que su hijo está encerrado por fuerzas malignas en alguna parte de la casa...
Aunque en su génesis puede parecer una película de terror, House es una comedia oscura. Los momentos divertidos remiten casi siempre a las locuras de Roger para ocultar a la policía lo que él cree, es su locura, y sobre todo, su gordo vecino, que se mete donde no le llaman porque cree que Roger está desequilibrado. Hay ciertos momentos desconcertantes (los flashbacks de Vietnam) que parecen metidos con calzador, pero serán vitales para resolver el problema de la casa encantada... la película se resume como un cachondeillo divertido, de buena factura técnica, con la casa convincentemente mostrada como un lugar oscuro lleno de habitaciones secretas donde esperan mil horrores innombrables. De hecho, el prólogo de la película llega a causar gran inquietud: un joven repartidor llega a la casa cargado de bolsas, llama a la puerta y la halla abierta. Entra en la casa tímidamente y va recorriendo las habitaciones vacías llamando a la dueña. Sube las escaleras, cada vez más angustiado, mientras suena de fondo una música muy inquietante. Y finalmente, halla a la propietaria en el salón, colgada de una cuerda y todavía balanceándose...
La película tiene varias secuelas, todas independientes a la primera (casas nuevas y peligros diferentes). House 2: Aun Mas Alucinante resulta una película casi experimental, con un guión escrito bajo una sobredosis de algo, lleno de divertidísimas incoherencias. No me extiendo sobre ella porque merece un post propio, que no tardaré en escribir. House III: horror Show se decanta con el suspense y las altas dosis de gore, con un convincente Lance Henriksen como policía traumatizado tras su encuentro con un asesino descuartizador, que parece perseguirle después de la muerte con intención de culparle de sus crímenes...
Hay una cuarta parte, House IV, que no ha llegado nunca a España, en la que William Katt vuelve a la casa después de un accidente, paralítico y acompañado de su hijo, pero las críticas lo tachan de un film estúpido, carente de ritmo y que rompe con el buen hacer de la primera parte. De cualquier modo, las tres primeras forman parte de la cultura de videoclub a finales de los ochenta.

No hay comentarios: