miércoles, 1 de agosto de 2007

Re-Animator


1984 fue un año glorioso, y no solo porque el año anterior yo había nacido, sino porque el mercado videográfico estaba en plena expansión. Las entradas de cine costaban caras, casi salía ahorrativo comprar un VHS. En plena mitad de la década, secuelas de Viernes 13 y la Noche de Halloween, explotations de zombies, adaptaciones cinematográficas de novelas de Stephen King (por entonces, todavía respetado autor de culto) funcionaban a todo trapo durante los alquileres de fin de semana.
Fue entonces cuando algunos autores denominados "francotiradores de serie B" crearon ellos solos el género gore. Nombres como Brian Yuzna o Frank Henlenlotter tuvieron una importancia capital en el gore, pero esta vez hablamos de un director que acabó olvidado, Stuart Gordon, y de su primera película, que dio el pistoletazo de salida al género: Re-Animator.
Fue entonces cuando los hermanos Band crearon Empire, una compañía distribuidora de bajo presupuesto que gozaría de cierto prestigio gracias a Re-Animator (prestigio hoy en día totalmente extinguido).
Re-Animator comienza fuerte, en Suiza, donde el doctor Gruber muere en circunstancias extrañas mientras investigaba un suero reanimador de cadáveres. Su joven pupilo, Herbert West (Jeffrey Combs) se traslada a la Universidad Miskatonick, obsesionado con terminar el trabajo de su maestro. Allí encontrará amistad y colaboración en el estudiante modelo Dan Cain, y la enemistad del envidioso doctor Hill (David Gale) que utiliza la hipnosis para conseguir sus propósitos.
Bajo presupuesto suplido con dosis enormes de imaginación y litros de hemoglobina, la película no solo hizo célebre el famoso suero verde luminiscente, sino que convirtió en estrella a su director (anque acabaría estrellado) y sirvió de tarjeta de presentación a la Empire. Además, elevó a la categoría de auténticos mini mitos de videoblub a Jeffrey Combs, Bruce Abbot, David Gale y sobre todo Barbara Crampton, a cuyo cargo corre la escena más celebrada: desnuda y atada a la mesa sufre un brutal cunnilingus por parte de la cabeza decapitada y revivida del doctor Hill... hay que verlo para creerlo.
Todos los actores darían tumbos por películas de presupuesto de la Empire el resto de la década, al igual que el director, Gordon, y solo el productor de la película, Brian Yuzna, goza hoy en día de prestigio y sigue en activo. Re-Animator sigue siendo célebre y conocida gracias a algunas secuelas, y es evidente que ha sobrevivido a sus propios creadores.

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